
sobre mi cuerpo grandes racimos de tareas
tiran de mí como caballos
y el techo se prende en finas constelaciones
largos itinerarios de huida

como resplandor blanquecino se anuncia mi nombre
mi nombre piedra
mi nombre harapo
cúmulo inerte
que llena
la boca
de fango
.

.
.
y tratar de pronunciarlo extremidad
con la sangre bombeando pronunciarlo
como hubiera sido mío si alguna vez
..
.

herirlo azotarlo con todas mis furias juntas
y llorar como si de veras me doliera
como si acaso pudiera sentir el dolor
y no esta balsa de aire que me crece
justo en el centro del pecho
justo en el centro del lenguaje
.
.
.

apuntalado el futuro
deshilachada la sangre y la palabra
pronuncio mi nombre y lo olvido.

fotos: bárbara butragueño