lunes, 13 de diciembre de 2010

(ii)

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.Tú no tienes nombre y yo tampoco tengo nombre.

No hay nombres. Aquí no tenemos nombre.

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.Pero, ¿por qué?

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Pues porque aquí no hace falta saber el nombre, no es necesario. ¿No lo comprendes? Venimos a olvidar, a olvidar todas las cosas, absolutamente todas. Olvidaremos a las personas, lo que sabemos, todo lo que hemos hecho. Vamos a olvidar donde vivimos, olvidarlo todo..

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.Yo no podré, ¿tú si?

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..No lo sé. ¿Tienes miedo?

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No.

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Recomiendo * Último tango en París (Last tango in Paris, Ultimo tango a Parigi) / Bernardo Bertolucci (1972) / Marlon Brando, Maria Schneider /

domingo, 12 de diciembre de 2010

.tango.en.París.

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.(París no se acaba nunca)





fotos: bárbara butragueño.

lunes, 22 de noviembre de 2010

vol. II

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19:42. Dibujo hombrecillos sobre mi cuaderno diminuto. Hombrecillos con nubes negras justo en el centro del pecho. Yo misma guardo una pequeña nube en el centro de mi pecho, y a veces se ennegrece y hablo tormentas. Como un niño que juega a atrapar alfileres con un imán, mi pequeña nube atrae todo tipo de objetos: coches, cajas, vidrios, grandes contenedores metálicos, pedazos de tela húmeda y pan.
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Por eso, cuando me arrepiento de algo, y me estalla esa oscura cosquilla de culpa en la boca del estómago, y la cosquilla pica y se prende y me prende como un fósforo apurado a tientas en fondo de un cajón
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entonces, cuando -llámese culpa, llámese polilla incendiada en la boca del estómago- esa mancha de hollín agujero negro camión de escombros se me hunde justo en el centro del cuerpo, y sufro pequeñas contracciones, sufro espasmos milimétricos, como si mi carne tuviera el acto reflejo de querer esconderse en algún rincón perdido de mí, entonces es cuando alcanzo a vislumbrar, lejanamente, apenas, el significado de esta existencia de café tibio y discurso a media voz
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vislumbrar, más bien, su insólita arquitectura, con ese revestimiento de cobre y detrito, y el contrachapado combado blandiendo el sonido exacto de la palabra culpa, y esa culpa artesonado perfecto, esa culpa sorda catedral instalada en lo más alto de la carne, erigiéndose bóveda del discurso directo con dios.
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Porque yo vivo en un mundo donde la carne nace culpable. Y tengo el paladar abrasado de tanto pedir perdón.




fotos: bárbara butragueño
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domingo, 21 de noviembre de 2010

vol. I

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(la vida no es más que una caja de gritos)





fotos: lisboa - bárbara butragueño..

viernes, 12 de noviembre de 2010

.red.room.

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ahora, que ya manejo con soltura mis temblores, y a veces, incluso, suelto el manillar, pongo el piloto automático, no-mido no-cuento no-espero
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ahora, con las manos combadas de tanto pulsar el origen, de tanto buscar la tecla de reinicio (oh bendita máquina) encuentro -creo que encuentro- el rastro de ese escarabajo negro que era yo con cinco años que soy yo con tanta piedra en los bolsillos
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y me gustaría tocar mi hombro levemente, mirarme con desafección, decirme
ç.. .
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pero esta habitación tan grande, este constante chocar contra los muebles
y el lenguaje con su borde ennegrecido
y no poder decir no poder pensar no poder





fotos: bárbara butragueño
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jueves, 28 de octubre de 2010

no poem

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sobre mi cuerpo grandes racimos de tareas
tiran de mí como caballos

y el techo se prende en finas constelaciones
largos itinerarios de huida





como resplandor blanquecino se anuncia mi nombre

mi nombre piedra

mi nombre harapo

cúmulo inerte
que llena
la boca
de fango


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y tratar de pronunciarlo extremidad

con la sangre bombeando pronunciarlo

como hubiera sido mío si alguna vez
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herirlo azotarlo con todas mis furias juntas

y llorar como si de veras me doliera
como si acaso pudiera sentir el dolor
y no esta balsa de aire que me crece

justo en el centro del pecho

justo en el centro del lenguaje
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apuntalado el futuro
deshilachada la sangre y la palabra

pronuncio mi nombre y lo olvido.











fotos: bárbara butragueño

martes, 5 de octubre de 2010

apunte con mala letra

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Es triste que el sueño de uno se desencaje, y a la noche ría y al día duerma.
Es triste, digo, porque ahora me hallo sola en mi cansancio, y todo es un cansancio de cansancio, una vida de legaña y cuentarreloj. Y ahora las tareas cotidianas se me olvidan, y voy al banco en sueños y al sueño en pesadillas, y las deudas se acumulan y hay un mar de papelitos en mi cama.

Mi ciclo circadiano me detesta, ha convocado huelga general, y ahora escribo a media vela, con palillos en los párpados, en un esfuerzo absurdo porque llegue la noche para no dormir de nuevo.

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foto: bárbara butragueño 2010

viernes, 24 de septiembre de 2010

el tiempo donde el hombre era un árbol

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"¿Qué fue Baudelaire,
qué fueron Edgar Poe, Nietzsche, Gérard de Nerval?
cuerpos
que comieron,
digirieron,
durmieron,
roncaron una vez por noche,
cagaron
entre 25 y 30.000 veces,
y frente a 30 o 40.000 comidas,
40 mil sueños,
40 mil ronquidos,
40 (mil) bocas amargas y agrias al despertar.
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Tienen que presentar unos 50 poemas,
verdaderamente no basta
y el equilibrio entre la producción mágica y la producción automática está muy lejos de ser mantenido.
Está absolutamente roto.
Pero la realidad humana, Pierre Loëb, no es eso.
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Somos 50 poemas,
el resto no somos nosotros sino la nada que nos reviste,
se ríe de nosotros primero,
vive de nosotros después.
Ahora bien, esta nada no es nada,
no es algo,
es algunos.
Digo algunos hombres.
Bestias sin voluntad ni pensamiento propio
es decir sin dolor propio,
sin la aceptación en ellos de la voluntad de un dolor propio,
y que no han encontrado otro medio de vivir
que falsificar la humanidad".
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ANTONIN ARTAUD
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fotos: bárbara butragueño (c) 2008

viernes, 17 de septiembre de 2010

nihil

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un gato ve a otro gato que yace en suelo muerto. lo mira. se acerca. lo huele.
el gato empuja con la cabeza el cuerpo del gato. no se mueve. no entiende.
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el gato mira la muerte pero no comprende la muerte.
el gato empuja el cadaver sin comprenderlo.
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el gato no tiene conciencia de la muerte.
la muerte, por tanto, no es para el gato, no existe, no está.
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sólo tiene conciencia de la muerte quien tiene conciencia de su propia existencia,
. por ello, el gato sin muerte no puede morir, el gato sin existencia no puede existir.

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hágase la luz.
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fotos: bárbara butragueño (c) 2009

miércoles, 15 de septiembre de 2010

bleu

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Todos mis diarios son el mismo diario. Por eso, volver a empezar es volver, al fin y al cabo.
No hay comienzos. Como pescadilla que se muerde la cola, pero sin práctica, torpe.

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Ahora me digo coja, me digo lisiada arrastrando el pie, goteando las manos.
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Tener conciencia de uno:
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no detener el mundo,
una mísera muesca en el yeso.
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*
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fotos: bárbara butragueño (c) 2009

martes, 14 de septiembre de 2010

red

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sentémonos y finjamos que entendemos la poesía, finjamos que mis poemas se abren y tus poemas se abren y todo es un canto ordenado todo un sillón confortable, y casi sin esfuerzo penetramos el poema y el poema nos saluda, no castillo no verja oxidada no desierto.


sentémonos y escribamos árbol, Bárbara, árbol que sea árbol, que tú entiendas árbol no, que sea árbol a los ojos del mundo

porque todo en tus manos parece cobrar una negrura indescriptible, y parece que la vida se te fuera haciendo de la roca oficio resignado, tejiendo y destejiéndote encriptada niña de la cueva que es la cueva misma.


y ahora pregúntate, ¿acaso no es esa oscuridad donde crees que reside la belleza la escafandra perfecta para ocultarte?

porque arrancar la entraña y mostrar la entraña y gritar la entraña, duele, pero duele menos así, con la muerte recogida la muerte cobarde a media voz, exponiendo tus miserias de este lado en este idioma sólo para ti

tus miserias tibias
de tocarlas una y otra vez
con tus sucias y pequeñas
manos de usurera.

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fotos: bárbara butragueño (c) 2010

viernes, 10 de septiembre de 2010

anawah

* * *
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..............................................................................meekness

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Miro por la ventana.

A veces escucho a dios jugando entre los niños.

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* * *
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foto: bárbara butragueño (c) 2008

retour

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Este maldito lenguaje
hermético
indescifrable


cae como púa de acero


separa mi cuerpo
del amor de los hombres


difumina
mi propia cordura














y pasar junto a la vida como asiento ocupado
rezumando tareas caliente asiento rezumando tareas


y contemplar el cuerpo ya extraño ya cima de carne endurecida


y lejos la palabra la sangre que hierve en balbuceo
la vida que un día te tocó y te hizo hombre


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* * *


fotos: bárbara butragueño (c) 2008

miércoles, 5 de mayo de 2010

romper

19:27



siempre llega tarde el cobre para el que lleva en su carne el oro del insomnio

vuestro mundo es una simple franquicia

no espero vuestra atención vuestra moneda gastada vuestra patria partida en dos mi palabra es mi tierra






20:31


quitarme este cansancio que me cuelga como los años que no tengo cansancio de años que no he vivido cansancio de mi cabeza-ordenador de mi tiempo-no-poema

sigo pensando que cuando por fin tenga tiempo para vivir quizá ya no querré hacerlo





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viernes, 19 de marzo de 2010

automatique. 1

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cuántos hombres cayeron como cae el orín sobre el asfalto de dónde tanta plegaria tanto hombre de bronce fundido al sol
no conozco título que baste derecho real alguno sólo me pertenece el frío y su canto oscuro el miedo cayendo sobre las horas la piedra que te viste cercando tu eco cercando el hollín que escupes sobre mi cuerpo desnudo mi cuerpo lejano desnudo roído

tu muerte es mi combate tu muerte es mi muerte tu muerte es el único parámetro que tengo para medir el amor que te profeso
y nacer con el cuerpo cubierto de escamas el cuerpo crisálida lleno de lastres una y otra vez todas las caídas en el centro del estómago y quitarlas como quien nace arrancarlas tratando de respirar en el útero que son mis manos y mi voz asfixiada no os perdono no os perdono sólo bailo sobre vuestra miseria regurgitada soy el relevo la patología congénita parir vida infectada el virus meciéndose sobre los cuerpos yo

parir el puñal y pronunciarlo cada día hasta crear el hueco el eterno hueco la noche

jueves, 26 de noviembre de 2009

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soy un gusano del subsuelo


me alimento de profundidades

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martes, 22 de septiembre de 2009

.totally.unfocused.

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in the sun and in the rain
and in the day and in the night
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pain is a flower
pain is flowers
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blooming all the time
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C. Bukowski
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lunes, 21 de septiembre de 2009

.toma.de.tierra.

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todo avanza el mundo avanza ante ti como un vagón descontrolado y no hay ni un segundo de descanso todo avanza todo guarda su trayectoria una trayectoria precisa y milimetrada, y tú deberías avanzar también, deberías tener percepción desde la percepción, encaramarte al mundo para crear perspectiva, tener suelo, no estanque, tener suelo y ser un útero inmenso y caliente y filtrar el mundo desde tus labios asfixiarlo desde tu himen parirnos a todos a todos juntos parirnos desde ti

no creas que no conozco tu estrategia: te tiendes sobre la hierba a esperar que todo cicatrice
pero el mundo aguarda entre la maleza te observa espera que te pongas en pie descuidada espera que te levantes llena de posos llena de las grietas que eludes y te pronuncian como un zumbido y tú te vas con los bolsillos rotos te vas directa a la vida a tu universo cotidiano de pequeños planetas y neurosis y de pronto una grieta se agranda, miras a la gente ríes hablas pero hay una grieta que se agranda en ti una frase que no te dijiste y poco a poco te alejas aunque estés allí te alejas tanto de todo tanto de ti que no puedes mirarte derecha no puedes apenas decirte

tu cuerpo es un enorme balbuceo

y cómo vivirte ahora si en algún lugar en algún momento perdiste el respeto que te tenías lo dejaste olvidado en un parque en una acera y ahora te vives bajito te pones un traje cada vez más grande y saludas y hay plástico y das la mano y hay plástico y besas y estás al fondo de ti viéndote besar deseando estar al frente deseando ser tú la que besa y no ésta que te vive y no te quiere y no te mira recto desde arriba

empezar a escribirme como si no hubiera distancia como si esta torre que he construido en mí no me alejase de veras
como si no sintiese vergüenza de mis manos como si pudiera enfrentarme al mundo entera con los brazos encajados y la cabeza alta
como si me perdonara
como si me perdonara
como si no me dañara lo que los demás esperan como si no pesara sobre mí tanta expectativa tanta promesa tanta fe
como si me perdonara
como si me perdonaran
como si lo comprendiera
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jueves, 2 de julio de 2009

.hombre búfalo.

A veces la vida nos reclama.
G.
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Has entrado en mis ciudades arrasadas tanteando los objetos con tu hábil mansedumbre
y me miras como quien grita que viene en legión a hacerse himno
a romper mi fuselaje
a temblar con sus dedos la pureza que me queda.

Como si pudieras volverme cierta
me besas rompes las alambradas quemas la cáscara vacía
y hay algo de lumbre en tu mirada algo de bestia delicada con vocación de jungla.

Y te digo sí porque cercas el origen de las sombras y me haces agua y no desierto
porque en tu cuerpo la música es hondura
grieta entre la sal
y dices que vienes a hermanarte en mi fervor como un latido
y lo dices sin terror ni trayectoria
sin cemento ni herrumbre ni egoísmo
ni grandeza inventada ni fractura.

Pulsas mi cuerpo en su oscura transparencia
mi cuerpo sin fuego sublevado ni hueco que me nombra
y ahora limpios los establos por fin soy luz desde la luz
cadáver sin urgencia

tú me haces hallazgo
tú me haces claridad ardiendo el pulso ciego de las cosas.
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domingo, 21 de junio de 2009

.promesa.

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ser uno en la marea
ser uno y despertar al fin de uno
apuntalar las casas que me quedan habitarlas con el cuerpo arqueado del que se está marchando siempre
adiestrar las culebras de mis manos erigirme isla mudar de piel
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y ser mi propio oficio
ser cuanto acontece
sin esperarme
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domingo, 14 de junio de 2009

.me.reitero.

Amo a las personas que no guardan para sí
ni una partícula de su espíritu.
FRIEDRICH NIETZSCHE
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Mi pequeña, tú que conoces la leche sucia de los días, la cólera interminable de la sed y te das con furia y fe y fuego y eres dulce manojo de vientos que no hace sino arder y tiritar;

mi pequeña, a estas alturas ya debes saber que hay personas en este mundo que te buscan que te hallan pues eres reclamo de incendios y catástrofes y noches convulsas y farsas

y tú, pequeña, te das, con bella devoción y obstinación, te das a todas las guerras te abres en todos tus frentes

/y sabes que nunca comprenderán la magnitud del viento, la belleza exacta de los árboles,

sus manos son torpes e incapaces y tú, aún así, las dejas humildemente buscarte, encontrar tu paz y tus estanques, pero no están a la altura, me repites, no conocen la ubicación exacta de tus notas, no tienen oídos suficientes ni manos ni luz

y entonces, para qué, te pregunto,

porqué juegas si conoces bien tus melodías y, siempre-metafórica, me hablas de tu réquiem, de tu jazz, y sabes que tienes el don de prender corcheas de la nada, porque estás en la música y eres todos los silencios de este mundo ardiendo precipitadamente sobre un gong.

No te rías, sé que juegas con ventaja, pero a veces caes y tú lo sabes caes porque buscas caes porque hay tantas cosas mediocres que te llaman y tú esperas, inocentemente, algo de baile de máscaras, una cierta sutileza en el viento, la elegancia de un acorde abandonado

pero nunca llegarán. La ciudad no se abrirá como un arpa sucia bajo sus pies. Nunca sentirán el blues de un ciprés agitado, la tierna materia del silencio de tu vientre;

y te das, digo yo, porque tienes demasiado por lo que arderte, porque eres Yerma y tus poemas se infectan dentro de tu cuerpo y tienen que salir de ti y sientes la dulce necesidad de mostrarte, y les bendices con tu lluvia de magias y ellos, estúpidos, no conocen cuántos cuerpos se quedaron en el camino esperando apenas una gota de tu sed,

ingenuos,

ojalá pudiera yo ser como ellos, ciego testigo de tu eternidad.
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miércoles, 29 de abril de 2009

.lejana.

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Desde hace un par de días todo es resonancia.
Como una urna de barro sin cocer, repleta de una misma frase mil veces (nunca más volverá, bárbara, nunca más).
De cuando en cuando introduzco de nuevo la frase en mi interior, la dejo caer sobre el resto y agito la urna con desasosiego para que se asienten todas y cada una de esas pequeñas miserias de seis palabras.
Otras veces, sin embargo, la frase cae como si fuera la única, la primera. Cae y resuena al caer, resuena tanto que golpea mis paredes ajadas con su eco y toda yo soy un percutor inmenso, un diapasón febril a punto de vencerse.

No entiendo esta manía mía de desaprenderme: armo conclusiones a golpe de paciencia y escombro, construyo escafandras herméticas, perfectas, metálicas; escafandras que me permitirían permanecer inmutable ante el más mínimo vaivén, ante la más mínima furia de mis aguas.

Pero desaprendo.
No sé cómo ni a qué razones obedezco, pero desaprendo.

Supongo que es por la noche, mientras duermo, que deshilvano el armazón, en silencio, como un suicida; calladamente descompongo la escafandra, y a la mañana siguiente cualquier atisbo de luz me hiere, cualquier rumor de viento me daña.
Y vuelta a empezar, desde el centro del barro, rodeada de maderas mojadas con las que he de hacer fuego.

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Por qué este amor inventado, bárbara. Por qué decir te amo si es mentira y tú sabes que es mentira y aún así lo dices. O peor, por qué pensar te amo si es mentira y tú sabes que es mentira y, aún así, una parte de ti lo asume como verdadero y se deja dolerse, se deja morir en tu engaño.

Eres un animal que se vive penosamente.
Te veo moverte por la casa, vagando como un pobre de camino al comedor, arrastrando los pies, haciendo sonar tu campanilla de leproso en las esquinas.
Y por eso te dueles aún más y te revuelves, por eso sufres antes de dolerte y después y en la repetición incansable del dolor que invocas.

Y tienes que mentir si te preguntan, jugar a la farsa de que eres una despechada más, una enamorada que mira por los cristales con la mirada perdida. Pero no, bárbara, tú sabes que no es cierto.

Tú organizaste el crimen.
No fue deliberado. Sé que intentaste contener esa muerte hasta que la viste recorriendo todas y cada una de tus venas, toda tú cubierta de esa muerte que tratabas de eludir. Pero era inevitable: t
u cuerpo estaba desalojado, tus manos vacantes. Y sólo así la muerte vino de forma natural y silenciosa. Y tú mirabas el cadáver con un aire de familiaridad, porque se había instalado en ti hacía semanas. Y no llorabas. Y te sorprendía no llorar porque es lo se hace en los velatorios, pero no lloraste. No lloraste.

Y ahora sí, porqué. Por qué ante el cadáver que te era indiferente ahora lloras de forma funesta, lloras y te crees que sientes la pérdida.

No entiendo ese proceso mental, ese puñal que tienes reservado sólo para ti debajo de la cama.
En lo más hondo de ti sabes que lloras para dolerte, y tiene que ser así, tiene que ser ésta la explicación porque no lo entiendo. No entiendo por qué lloras para hacerte daño y crees que te haces daño y es entonces cuando te haces daño y sufres.

Deseas en contra tuya, deseas lo que no deseas y renuncias a tu amor para amar en falso, sobre un cable alta tensión.
Te engañas. Anhelas lo que no puedes tener aunque no lo quieras porque esa imposibilidad te trae una muerte cadenciosa y lenta.
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Alguna parte de ti quiere ver cómo te destruyes, por eso trae todas estas miserias a tus manos y contempla como juegas con ellas, toma notas, sonríe; y a veces, incluso, se cansa de mirarte y se duerme, pero tú sigues aquí, con tus miserias inventadas, noche tras noche.

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sábado, 28 de marzo de 2009

.ceremonias.de.interior. (vol. 2.0)

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Me engañaste.

Me engañaste como lo hacen las manos de las ancianas bajo el delantal, me prometiste la eternidad de lo cierto, la dulce indiferencia de lo cotidiano

pero sigo aquí, justo aquí, igual que siempre; la pobre-niña-torrente, la que busca sin retorno, la que se despeña en cada exhalación

/me alimento de incertidumbre, construyo ciudades en el viento y yo soy esas ciudades que se marchan y ese lobo que me acecha en los portales.
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En mis sueños aún te nombro penosamente, como si de una orfandad infinita se tratase.
Cuando despierto doy de comer a los pájaros de mis heridas, me ordeno el cabello, juego a la eternidad.
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Tu rostro me arrastra al bucle fatídico de lo que no logré ser, y me muestra mi inconsistencia, la estúpida inconsistencia del viento que soy.
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Quizá no merezca una casa ordenada y un hombre complaciente, quizá este arroyo de sed incendiada sea lo único a lo que pueda aspirar.
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/No quiero volver al lugar donde los hombres valientes lloran.
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domingo, 22 de marzo de 2009

vol. 1.0

Confesión o invocación.
Canción de lluvia.


En pocos lugares he permanecido lo suficiente como para considerar que estuve. Excepto en ti.
Hablo de enamorarse como herida, como animal débil que tiembla desde el centro de la noche.

A algunos les quise. A otros, simplemente, les aprendí a querer. Pero tú me desangraste, me desangraste tanto que tuve que incrustar palabras en mis venas para sentirme viva.
Tú me hiciste escribir con el cuerpo, con la verdad.
Por eso habitas partes de mí que incluso yo desconozco, por eso eres sangre familiar, sacrificio nocturno.
Tu cuerpo, al que escribo cuando me busco, cuando busco mi voz y mis manos; lo he armado a base de estructuras de luz y depósitos de mí.
Ese cuerpo ya no es tu cuerpo. No tiene nombre.
Está hecho de una sustancia oscura y violeta. Cuando lo pulso brotan flores de carbón.

Me mezo en tu nombre para olvidar lo que soy.
En tus letras hiberno de mí y me guardo con cuidado del mundo, porque sólo allí encuentro la paz de los pájaros y me vuelvo inocente como el invierno.

Eres ese lugar sagrado de la noche donde los animales no mienten, donde me enfrento a la inmensidad de mi cuerpo y me vuelvo cierta, y me pronuncio.

Allí hay palabras prendidas en la luz y yo las busco y construyo ciudades en el viento.
Y yo soy esas ciudades que se marchan.

Cuando no logro escribir vuelvo a ese cuerpo sin nombre, lo recorro con cuidado, recorro sus perímetros, los zurzo con las lanas de mi vientre y las palabras nacen hacia dentro como lo hacen los objetos más bonitos de este mundo.

De ti fluyen las sustancias que cubren las cosas cuando llueve.

Todo cuanto nace de ti
se rompe y muere,
y yo lo recojo con cuidado
y armo poemas
como un niño juega con el barro.